jueves, 7 de agosto de 2014

Día 16: El mercado bajo las estrella

La mañana comenzó a tope de energía, después de un desayuno con extra de cereales, nos pusimos a trabajar toda la mañana en el camino de la entrada, (está hecho una autentica mierda). Cogimos la carretilla, 3 palas, un par de rastrillos y nos pusimos manos a la obra. Subimos por la carretera, y cargamos la carretilla con una gravilla que en teoría pertenece a la comunidad (en total cargamos tres carretillas). Una vez con toda la arena lista comenzamos a esparcirla por todo el camino para tapar los socavones (subir por ahí con el coche es una verdadera aventura). Tras una jornada larga de trabajo (yo organizando al personal obviamente) nos quedo un camino bien bonito (lastima que no durara ni 24 horas).

Con el camino finalizado y el descanso del trabajo bien hecho, nos relajamos con un poco de sol en la terraza, Michael jugaba a básquet con los chicos de Taiwán, Anna fumaba, Randy se escondía en su habitación, y Timm hablaba con la aparecida Brooke. Tras un rato de descanso, y escuchar un gran numero de sirenas de policía en la lejanía, decidí tomarme una ducha. Cuando salí Anna y Brooke se iban con el coche a comprar (no volvieron hasta las 19), por lo visto pasaron a ver a Nicola.

En la casa y como era de esperar nadie comía, hable con Timm que andaba por allí para ver si quería comer algo, pero no tenía ganas, me ayudó a buscar algo en la nevera. Cuando abrimos el congelador cogimos unas pizzas y descubrimos una botella de cerveza rota. A pesar de estar agotado de comer pizza, cogí un poco de chorizo (bendito chorizo) con queso, metí la pizza en el horno y solo tenía que esperar.

Por cortesía y amabilidad avisé a los demás residentes de que me estaba haciendo una pizza, solo chi (y una hora después) quiso comer algo. Mientras yo disfrutaba con cada bocado de cielo, el chico de Taiwán (chi) se hacía su pizza torpemente (si le tuve que ayudar).

Al caer la tarde y después de hacer muchísimas fotos (abejas, mariposas y bichos en general), Michael, Timm, Randy y los dos chicos de Taiwán se fueron al pueblo, era el último día del mercadillo, poéticamente conocido como: "Mercado bajo las estrellas". Los tres restantes (Anna, Brooke y yo) bajaríamos después con el coche.
Cuando estuvimos listos y después de una escena digna de Beny Hill, donde todos estábamos listos pero todos nos esperábamos, bajamos hacia el pueblo. El camino por suerte es corto (Brooke no conduce muy bien), pero muy bonito. Hay un paisaje nuevo con cada curva y una vista increíble con cada kilometro, es cierto que no es muy segura, y que apenas caben dos coches pero la sensación de paz y tranquilidad que te transmite es única.

Al llegar a la ciudad, el pueblo se vestía de fiesta, todo el mundo en la calle (no son muchos por suerte), tenderetes por todas partes, paradas de comida y muchas luces. Nuestra primera parada después de 15 minutos fue en una joyería. Anna y Brooke ( con su risa estridente) hablaban con el propietario. Después de 1h compraron un anillo de 50€ cada uno. Con el anillo (mi tesoro) en su poder y volviendo con la marcha del paseo, a Brooke le entró inmediata necesidad de utilizar baño, entramos en un bar y (ley de Murphy) después de pagar nuestras respectivas consumiciones, comprobó que el baño estaba a estropeado. Finalmente salió a buscar algún amigo que le cediera un baño (lo consiguió).

Mientras tanto, Anna y yo disfrutábamos de la tranquilidad de un bar de Barga (estaba vacío). Cuando volvió Brooke comenzó a meter prisa para que nos fuéramos, (no entendía el motivo en su momento ni lo hago hoy). Entre prisas, nos acabamos las respectivas bebidas, salimos fuera y cuando íbamos a comprar la cena, a Brooke no le pareció adecuado y sugirió que volviéramos a casa porque había comida (mentira y encima me privó de comer un delicioso bistec).

Dirección a casa y con una Brooke durmiendo en el asiento trasero, en la cabeza solo me daba vueltas una pregunta, ¿que iba a cenar?. Cuando llegamos a casa Anna y yo (Brooke dormía en su cama) abrimos la nevera (sorpresa, no había nada). Decidí sacar el último cartucho de jamón y uno más de fuet, (la cena estuvo muy bien). Al acabar y después de un rato deliberando que hacer decidimos bajar, al final de la carretera nos topamos con los demás inquilinos, volvían a la casa. Muy amablemente les ofrecimos una segunda visita para tomar algo en un bar pero se negaron (como tres veces).

En nuestro paseo nocturno por un mercado que comenzaba a desaparecer nos topamos con Libzzy, la novia de Jossh (el británico). Esta nos acogió y nos llevo a un bar donde compramos unos vinos y unas cervezas. Estaba con unos amigos, una chica en particular muy extraña que en pocos días visitaría los EEUU, le pidió a Anna que le tradujera al inglés una receta para que no le quitaran las pastillas en el aeropuerto, (algo absurdo que al final no se hizo). Durante este paseo encontramos uan cara de lo más interesante (de la que ya he hablado) dicen que si pones tres dedos en sus orificios tra buena suerte (ya os diré).
Después de esta extraña situación Anna, Libzzy y yo, nos tomamos algo en un bar (pago Libzzy una vez más la hospitalidad italiana). Tranquilamente pasaba la noche mientras hablábamos de todo hasta que Libzzy se marchó (al día siguiente trabajaba). Fue entonces cuando Anna me dijo que los americanos no durarían mucho más en la casa, se marchaban el sábado.

Al llegar a casa Anna me explico muchas cosas sobre la historia de Brooke que desconocía, cosas que me ayudaron a entender parte de su comportamiento, aunque no todo.

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