miércoles, 13 de agosto de 2014

Dia 22: Flechas y estrellas

Sol, calor y buen tiempo; disfrutábamos de las condiciones básicas para una buena mañana en la Toscana. Shi muy aplicado se levantaba temprano para trabajar en el mantenimiento de la cocina, cada vez era más difícil, los gatos iban ganando terreno por tierra, las moscas atacaban por aire, y nosotros cada vez éramos menos y más vulnerables, por suerte teníamos el sol y el jardín para huir cuando las cosas se ponían feas.

No teníamos mucha munición a penas un par de cintas para enganchar moscas, una raqueta para cazarlas y mucha paciencia para aguantar sus ataques. Los gatos aprovechaban cualquier distracción para buscar comida en la mesa, arañar las sillas, o ronronear como táctica de distracción. Nuestro futuro inmediato parecía nublado por una ofensiva militar que parecía diseñada por el más digno estratega, solo podíamos huir y esperar nuestra oportunidad.

Para desayunar lo de siempre, cereales con leche y un plátano, Shi su típico Brunch por el que tuvo que pelear contra una avispa que se había encaprichado con el jamón en dulce de su pizza (nuevos enemigos). Anna un café, un cigarro y ya pasaba la mañana.

Con el cielo despejado y el viento a favor, todo transcurría tranquilo, Anna se marcharía en unas horas a Pisa, por la noche (a las 19) tenia el concierto de manu chao (gran artista). A las 13:30 ya había comido, un cuscús que llevaba 3 días en la nevera (no tenía buena pinta y olía raro para mi).Duchada y comida estaba lista para la llegada de Mattia.

Cuando llego el chico de procedencia italiana, las cosas se hicieron con calma, mientras yo me preparaba y comía un poco de pasta, ellos se bebieron una sidra, y fumaron unos cigarrillos antes de emprender el viaje. Mocuo y shi dormían, lo se porque antes de prepararme la comida fui a buscarlos por si querían, pero por lo visto habían madrugado mucho y necesitaban descansar. Mocuo apareció en busca de pizza cuando Mattia y Anna se marchaban.

La tarde después de comer fue de las más tranquilas, hasta que no llegaron las 16 no comenzó la actividad. Shi, Mocuo y yo hicimos un poco de ejercicio, después Shi preparó un campo de tiro con arco donde un globo hacía de diana. Mis 5 o 6 primeros intentos ni se acercaron al globo, poco a poco fui mejorando, he de decir que fue una competición de lo más entretenida (nadie dio al globo).

Sobre las 18:30  para redondear Brooke dio señales de vida, pidió disculpas por las tardías horas en las que apareció, pero estaba cansada, había llevado a Timm al aeropuerto durante la madrugada (3 de la mañana aprox). De forma muy breve nos explico que tuvo que parar en un parking en media carretera a dormir porque se dormía al volante (con mucho humor nos dijo que no la iban a violar ya tenia 37).
Rápidamente y después de una breve conversación bajo al pueblo, compro un par de cosas y nos preparó la cena, unas tortitas de patatas ( no confundir con tortillas), un poco de lomo, puré y espinacas. Mocuo y Shi la ayudaron mucho (yo no la verdad). Utilice el noble arte del escaqueo echando unos tiros a la canasta y revisando un par de cosas (nada importantes) en el ordenador y el móvil.

La cena era contundente, por desgracia muy poca carne. Creo que es la vez que más pronto he cenado a las 21:00 recogíamos la mesa. Al acabar y con la cocina un poco desordenada, hicimos la lista para el día siguiente. Fue entonces cuando me enteré del nuevo y ya esperado (porque se veía venir) amor de Anna, tenía un royete (de solo hacía unas horas) con Daniel (el del café). En la lista apuntamos como cosas importantes hablar con Anna sobre su relación.

Sobre las 23 llegaba el inesperado Fede (el hijo de Brooke). Hacía más de una semana que no lo veíamos, una vez más vivimos un drama, al parecer la familia italiana de Fede es muy posesiva (son temas que no pregunto y que tampoco me interesan demasiado), solo puedo decir que durmió en la casa.

Durante la noche concretamente a las dos, los chicos de Taiwán (que habían desaparecido con la llegada de Fede) me esperaban en el Jardín  (habíamos quedado) para disfrutar de la última lluvia de estrellas de agosto (que no se repetiría hasta el 2116 o eso leí por internet). Por culpa de unas nubes nos perdimos prácticamente todo el espectáculo. Solo vimos una estrella (aunque muy increíble) y después de esperar una hora entre frio, mosquitos y sonidos extraños de ardillas en celo decidimos ir a dormir, la mejor idea de la noche (o madrugada y no queríamos más enemigos con los que luchar).

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