sábado, 8 de agosto de 2015

Día 1: Road to North America

"Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad" Julio Verne

Hace pocas horas que he dejado atrás mi amada ciudad, Barcelona, con la intención de emprender un nuevo viaje, un nuevo camino lleno de experiencias y aventuras, aunque espero que sean mázs experiencias y que sean buenas.

Mi historia comienza en Portugal, Lisboa. Después de una despedida familiar en el aeropuerto (sin Nana que vi liga la casa)) tomó el primer vuelo con el que inició esta nueva etapa, un trayecto de una hora que hace escala en Lisboa, una ves en el avión ya no hay marcha atrás, aunque nunca la hubo.

El vuelo de una hora se hace largo, pero nos dan un minibocata. El avión es preocupante,ente pequeño y cada vez que cruzamos una nube por esquela que sea hay turbulencias. 

Por fin aterrizamos, el aeropuerto no parece demasiado grande pero es un auténtico laberinto, tarde solo 15 minutos para encontrar las cintas y mi maleta.

El momento más esperado llega cuando recojo mi mochila. Con mis dos mochilas a cuestas voy en busca del bus que me llevara al hotel, un lujo que tardaré  en volver a disfrutar.

Después del trayecto en los buses 744 y 717, llego sin pérdida al hotel, no está tan cerca del aeropuerto como creía. Una vez dentro, intento acceder a mi reserva pero...sorpresa! Parece que había reservado con una tarjeta que anule justo antes de venir, por fortuna todo quedó en un susto, nadie pone letras para cobrar y lo pude hacer con otra tarjeta.

La habitación 712 me dieron, sin duda una maravilla, casi tan buena como el baño que me pegué solo llegar. La verdad y partiendo de la hora a la que había llegado solo tenía intención de salir de la habitación para desayunar y coger el avión rumbo a Canadá.

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