lunes, 15 de septiembre de 2014

Día 10: Próxima parada Dublín

En el ecuador de mi viaje a Irlanda, el día amanecía en Cork, aunque mi próximo destino era Dublín. Mi última mañana en la casa de Eeilen. Como venía siendo habitual me despertaba a las 7, acababa de preparar la maleta, disfrutaba de la última y maravillosa ducha de agua caliente para después bajar a desayunar.

En el comedor estaba Claudia, muy madrugadora se acababa su primera comida del día, me deseaba buena suerte y se marchaba ha la a academia de idiomas. Me tocó desayunar solo mientras disfrutaba de la tranquilidad de una fría mañana irlandesa y de lo que serían mis últimas horas en esa cómoda, e incluso lujosa habitación.

Acabando el desayuno y teniendo en cuenta que la anfitriona se ofreció a llevarme a la estación , decidí enviarle un mensaje, eran las 8 pasadas, mi bus salía a las 8:30 y no daba señales de vida. Al leerlo bajo con prisas, incluso me las metió a mi, durante el camino me explicó que estaba esperando a su hija para marcharnos todos juntos, lo siento mucho pero mi bus no espera.

La despedida fue rápida, en medio de un atasco me bajé, cogí la maleta, caminé 20 pasos y ya estaba en la estación.

Cuando subí al bus, el viaje duró como 2h y 50 minutos (creo que es lo que duran todos los viajes aquí). Al llegar a la estación de Dublín y en busca de wi-fi para usar google maps y poder orientarme mejor tuve que dar unas cuantas vueltas, lo que me costó justo algo que evitaba, perderme. Realmente no me perdí porque no me separé casi de la estación, pero si que di mucha vuelta.

Al encontrar el bus, el numero 22, me subí a él para llega al destino donde pasaría mi primera noche en Dublín, un hostal. La verdad es que no estaba muy seguro de que fuera el bus correcto había dos con el mismo numero, solo los diferenciaba una X, así que tuve que preguntarle al conductor que confirmó mi acierto. Mi primera impresión del hostal no fue mala, por varios motivos además, el primero, podía deshacerme de esa pesada maleta, el segundo, tenía un sitio donde dormir y el tercero y último, aunque no menos importante un sitio donde comer. Esto último le ahorraría a mi bolsillo un disgusto.

Mi habitación era pequeña, mixta y de cuatro personas, quitando un par de botellas de Coca-Cola tiradas por el suelo, estaba bastante limpia, el lavabo bueno, no estaba mal, lo peor fue la ducha/piscina y que no tenía almohada. La reclame tres veces y sin éxito, tuve que dormir indignado y sin almohada (pero eso es otra historia).

Después de explorar el lugar, porque no me lo enseñaron y cambiar la tarjeta/llave que no funcionaba, guardé la maleta en mi nueva taquilla, que también pagué (2 euros), y me fui a preparar la comida.

La cocina era grande para uno solo, aunque pequeña para 5, te puedes hacer una idea, además solo había una pica. Mientras preparaba la sartén, carne, cubiertos y demás, caí en la cuenta que no tenía aceite, así que tuve  que cocinar como buenamente pude, intenté buscar/robar por algún lado, pero fracasé.
La comida se desarrollo en la misma cocina, iba comiendo, mientras iba cocinando así no tenía que desplazarme al comedor cargado con chaqueta, platos, cubiertos o demás objetos y de paso no se enfriaba la comida con lo que no perdía tiempo, algo que no tenia, había reservado un tour a las 14:00 y eran las 13:30 pasadas.

Después de comer salí en busca del punto de encuentro de mi Tour, empezaba al lado del monumento City Hall. Al llegar no había nadie, era muy “temprano” las 13:45. Tras unos minutos de espera, y con mi camuflaje natural en la ciudad llegaron las y los guías. Como no sabían mi procedencia pude escuchar una divertida conversación en la que se quejaban de los ratas que no daban propina. Cuando comenzaron a hacer el recuento, solo éramos tres o cuatro para el tour de habla no inglesa, el mínimo es 5 así que el tour se anuló.

Por desgracia para mi eso trastoco toda la mañana y en consecuencia toda mi visita a la ciudad. Durante el día caminé sin rumbo visitando monumentos por mi cuenta. A media tarde y después de mucho caminar, me senté en un bar donde disfruté de mi café Irlandés por 6€, no me iba a marchar de Dublín sin probarlo.

Cuando salí del Bar fui dirección al museo de historia de Irlanda. No esta mal si te gusta la guerra, tienen básicamente artilugios bélicos de todas las épocas. Por desgracia llegué demasiado tarde y allí todo cierra a las 17, solo pude echar una visita muy rápida.

Después de abandonar el museo y ver como unos transeúntes saltaban unas vallas de un parque cerrado, paseé un rato más, creo que esa fue mi acción más repetida en Dublín. Tras mucho andar llegué junto a la destilería de whisky Jameson y decidí tomarme una pinta por allí. La Carlsberg me costo 5€ y no es precisamente una cerveza para tirar cohetes.

Al acabar mi ruta y mi pinta, di unas vueltas más (par variar) y fui dirección al hostal, no sin antes hacer una parar en un bar para cenar un kebap. Mi intención era sobretodo encontrar un Bar, Pub o simplemente local donde poder conectarme al wifi, por dos motivos, el primero buscar habitación para dormir el jueves (si, voy día a día) y segundo buscar un local donde poder hacer la matricula del viernes, el Wi-fi del hostal no es que funcione demasiado bien.

Cuando acabe mi merienda-cena, porque allí se cena a las 19 me fui al hostal. Cuando llegué a mi habitación había un tío tirado en la cama, justo debajo mío. Puse a cargar el móvil y no pasaron ni cinco minutos cuando se fue. Con su marcha tuve la libertad y tranquilidad para prepararme la ropa del día siguiente. Una vez todo listo fue a las "zonas comunes".

En el hall o comedor, la gente guardaba silencio sepulcral. Tampoco necesitaba hablar, aunque era bastante incomodo. Mientras disfrutaba de la soledad del silencio, buscaba habitaciones sin éxito por mi móvil, lo malo y para no variar demasiado, me quedaba sin batería, el problema fue cuando intenté cargar mi móvil. Existen una serie de truquitos para conectar una clavija de esas estándar europeas en una made in UK, el problema es que en ese "ladrón “o alargo me fue imposible y justo delante mío un tío me miraba con cara de circunstancia, probablemente no daba crédito a lo que hacía. Para que os hagáis una idea podéis imaginar a un cafre trasteando unos enchufes cuadrados e intentando conectar una clavija redonda, bien todo muy incomodo y por si fuera poco había una lámpara que bajaba de intensidad o subía cada vez que intentaba conectar mi móvil. Fracase, pero para mayor asombro de mi observador, lo intente 3 veces y es que soy muy fan de Beckett por eso sigo sus dichos a raja tabla:<<No importa si fallas inténtalo de nuevo. falla de nuevo. Falla mejor>>. Esta cita bien podría resumir mi viaje.

Después de buscar habitaciones y negarme a dormir en un hotel por sus altos precios, envié unos cuantos mails a diferente habitaciones de alquiler por noche y me fui a dormir (al hostal claro).

En mi habitación no había nadie, eran las 10-10:30, pero en cuanto me metí en la cama comenzaron a llegar. Primero el tío que dormía debajo mío y después una pareja (chico y chica). Dormía en una habitación de 4 mixta.

Con todos en sus posiciones y listos para dormir, seguía sin tener almohada, así que tuve que utilizar mi toalla en su lugar, por desgracia no es tan cómoda y debido a eso no pasé una muy buena noche.

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